TDAH

El TDAH es el acrónimo que se da al Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad. Se trata de un trastorno neurobiológico y crónico. En el TDAH la característica principal es la dificultad de mantener la atención de manera voluntaria ante las actividades que se plantean en el día a día (toma mucha relevancia en el ámbito académico) y puede ir unida a una falta de control de los impulsos .

El TDAH afecta a un porcentaje importante de la población (aproximadamente a 1 de cada 20 niños).

Muchas veces se etiquetan a los niños que tienen un TDAH de perezosos o dejados, aunque en realidad su comportamiento es debido al propio trastorno. Hay que insistir en que la desmotivación que el niño puede tener hacia una determinada tarea se debe a la dificultad para mantener su atención y no por desgana a hacerla.

El tratamiento que se propone es multidisciplinar (con la colaboración, si es conveniente, de médicos de referencia) y se aplica a diferentes ámbitos de la vida del niño. Por este motivo se trabaja en:

• Intervención en el niño: es necesario que el niño tenga conciencia de la dificultad que tiene y trabajar aspectos como la autoestima y la autoimagen. Por otra parte se realiza un entrenamiento en técnicas de autocontrol por la falta de control de impulsos y el uso de las autoinstrucciones para mejorar la atención sostenida.
• Entrenamiento a los padres: a través de la gestión de contingencias. Una técnica de control de la conducta que engloba otros entrenamientos como el refuerzo positivo, la economía de fichas, el tiempo fuera o extinción entre otros. Esta terapia es la que ha demostrado su eficacia en el tratamiento del TDAH.
• Intervención en la escuela: será muy necesario un contacto directo con la escuela, ya que es uno de los ámbitos donde el niño pasa más tiempo a lo largo de la semana. Es importante que la escuela esté enterada de las dificultades evidenciadas, ya que el niño con TDAH necesita mucho orden, estructura y organización para poder funcionar de la manera más óptima posible.