Blog

Síndromes Disney: síndrome de Wendy y de Peter Pan

Lluís Cavallé

Psicólogo y neuropsicólogo

A raíz del artículo de hace un par de semanas (gustar a los demás), recibí un correo preguntando si lo que había explicado, era lo mismo que el síndrome de Wendy.

Es cierto que puede parecerse un poco, pero lo que diferencia al síndrome de Wendy es que de base se busca la propia seguridad. Es decir, al satisfacer a los demás se consigue seguridad en uno mismo.

El síndrome de Wendy puede aparecer en ambos sexos pero sí es cierto que es más frecuente en mujeres. Para que veáis claro el síndrome, os daré un ejemplo.

Una madre totalmente volcada en su familia. Es la mujer que se desvive por sus hijos, despertándoles todas las mañanas para que no lleguen tarde al colegio. Les prepara desayuno, comida y merienda e incluso les ayuda en exceso a hacer los deberes (prácticamente los hace ella). No hablamos de niños que tienen 6 años, sino de hijos que tienen 15 ó 16 años. Es una mujer que asume todas las responsabilidades de su casa para que el marido y los hijos no tengan que hacerlo. Es también quien toma las decisiones y justifica si es necesario la informalidad del marido ante los demás. Se disculpa absolutamente por cualquier cosa que no haya pasado su filtro. A los ojos de los demás es vista como una «superwoman» y se siente indispensable.

Como podéis observar, esta persona ha interpretado el «amor» como «sacrificio y resignación» y debe proteger a sus seres queridos como si se trataran de sus hijos de 5 años. Busca la felicidad de los demás como canal para conseguir su propia felicidad. Si los demás no están atendidos al 100%, no se puede ser feliz.

Por otro lado, para los hombres existe el síndrome de Peter Pan. Se refiere a aquellos adultos que se han negado a crecer, quedando anclados en su infancia, puesto que no aceptan los roles que les corresponden para su edad. A nivel emocional suelen experimentar ansiedad y depresión, puesto que al no ser capaces de proporcionar seguridad a terceras personas, necesitan ellos sentirse protegidos por ellas. Si esas figuras no están presentes, aparecen estos trastornos emocionales.

Más artículos