Exploración neuropsicológica

Con este nombre nos referimos a un conjunto de pruebas que realiza un neuropsicólogo para valorar las funciones mentales de una persona en un momento concreto de su vida. Las funciones mentales son la memoria, el lenguaje, la atención, la capacidad visuoperceptiva, las funciones ejecutivas, etc. Podríamos entender una exploración como la fotografía del funcionamiento mental de la persona.

Muy a menudo estas pruebas se realizan para la persona que ha sufrido alguna enfermedad neurológica y el neurólogo pide esta exploración para conocer su rendimiento.

En el caso de daño cerebral, a la hora de empezar un proceso de rehabilitación neuropsicológica, necesitamos hacer estas pruebas para conocer el punto de salida: saber qué capacidades se encuentran preservadas, cuáles se encuentran alteradas y de qué forma enfocar el tratamiento posterior.

Por otra parte, en los casos de enfermedades neurodegenerativas, estas pruebas se deberían ir realizando a lo largo del tiempo para ir siguiendo los pasos de la enfermedad y ver si en algún momento hay que variar el plan de tratamiento.

Sin embargo, por causa, seguramente, de que la sociedad no tiene demasiada información sobre estas pruebas, quizás no se deberían realizar únicamente cuando ya haya aparecido alguna enfermedad que afecte al funcionamiento cognitivo. De la misma manera que tenemos la cultura de hacernos análisis de sangre con periodicidad, también deberíamos tenerla para hacernos una exploración neurológica. Cuando se ha producido un daño en el cerebro es más complicado poder saber de forma verídica como era el rendimiento de esa persona antes de la enfermedad.

Este conjunto de pruebas se realizan a lo largo de tres sesiones. Durante las dos primeras sesiones se hace una primera entrevista clínica y se realizan las diferentes tareas. En la última sesión se hace entrega de un informe con los resultados y se dan una serie de recomendaciones para mejorar o mantener el funcionamiento mental en el rendimiento más óptimo posible.